RESEÑA
Muchas veces me preguntan acerca de cuál es el mejor modo de acercarse a la literatura terror. Son personas que sienten curiosidad por descubrir la razón que nos lleva a amar al género, quizás seducidos por el entusiasmo que nos causan esas historias que nos llenan de maravillosas pesadillas, tratando de entender el por qué de la perenne sonrisa que se nos queda con la lectura de estas historias. Ante esas cuestiones suelo contestar siempre que el mejor modo de entenderlo es encontrando algún recopilatorio de relatos, que experimenten con el tipo de narrativas, que se dejen llevar por esas pequeñas píldoras llenas de ambientaciones opresivas y atmosféricas y que, sobre todo, sientan ese miedo que puede generar un autor aprovechando unas pocas páginas.
Los grandes maestros de la literatura de terror suelen deslumbrar cuando consiguen la sublimación a través de sus pequeñas historias. La emoción que se transmite con el relato suele ser adictiva e invita a que el lector quiera descubrir un poquito más de aquellos que han sido capaces de conquistarte con sus palabras. Y es que cualquier recopilación de relatos invitará siempre a los lectores a indagar un poco más en el género hasta caer rendido en esas atmósferas que tanto amamos. De ahí que merezca la pena celebrar esta pequeña guía que puede servir como estímulo para lanzarse de una vez a descubrir toda la magia que se oculta en los relatos de terror.
La recopilación de Manuel Pociello no pretende hacer un análisis exhaustivo de los relatos que propone, quizás siendo consciente de que adentrarse en obras como La pata de mono, El almohadón de plumas o Aceite de perro hablarán por sí solos. Al contrario, lo que nos plantea en este pequeño libro es tan solo darnos el impulso necesario para descubrir esos estándares que están en boca de todos los amantes del terror, ofreciendo pequeñas pinceladas de los autores que los escriben, el contexto en el que fueron creadas y aportando otras vías que complementan la obra por si nos fascina la propuesta. Y quizás ahí radica el acierto de esta publicación ya que, tras leer cualquiera de sus sugerencias, deja en el lector una imperiosa necesidad de tener que adentrarse en los relatos para comprobar de propia mano los miedos que se esconden en ellos.
Habrá quien salga decepcionado por la escasa profundidad que se desprende de cada una de las propuestas o quien considere que la selección olvida alguno de los totems que han consolidado al relato de terror como una de las grandes aportaciones que desde el género se ha dado a la literatura. De hecho, alguno de los relatos propuestos podrían llenar ensayos completos dada su complejidad, su importancia histórica y lo que implicaron su publicación tanto para el género como para aquellos escritores que siguieron la estela de su publicación. Pero creo que la invitación que hace Manuel Pociello en esta guía es tan solo el despegue perfecto para que sea el propio lector el que demande indagar un poco más en los autores y la genialidad de sus obras. Y eso, de por sí, ya es maravilloso.
Y si, por otro lado, eres de esos lectores que conoces de sobra la gran mayoría de los relatos que se presentan no podrás dejar de sonreír al recordar tus propias experiencias. Esta guía no deja de ser una conversación entre amigos que aman al género, donde rememorar aquellas sensaciones que nos produjeron la lectura de esos relatos. De ahí que el paso de las hojas de una obra como esta sea constante, que te impulse de manera inmediata a saber cuál será la siguiente aportación, que descubras alguna que otra propuesta que haya pasado desapercibida y, sobre todo, que quieras regresar a cruzar las puertas de lo desconocido para volver a disfrutar de un buen relato de terror.

